Entrevista a Francisco

 

P: ¿Cómo te llamas?

R: Francisco

 

P: ¿De dónde eres?

R: Lacoma, Madrid

 

P: ¿Cuántos años tienes?

R: 27

 

P: ¿Dónde vives en la actualidad?

R: Edimburgo, Escocia

 

P: ¿Qué motivos te impulsaron a salir fuera de tu cuidad?

R: Desde hacía tiempo quería salir una temporada a algún país de habla inglesa para aprender el idioma. Después de una temporada sin empleo o en trabajos totalmente precarios me di cuenta que era el empujón definitivo que me faltaba para irme. Aunque me hubiera gustado estar una temporada para aprender inglés y volver a Madrid, la falta de trabajo y expectativas en España y las desastrosas noticias que llegan sobre lo que están haciendo desde el gobierno me han hecho cambiar de idea y quedarme en esta ciudad de manera indefinida.

 

P: ¿En cuánto tiempo has encontrado trabajo en el lugar donde  vives  actualmente?

R: Encontré el trabajo por Internet desde Madrid, así que trabajo en Edimburgo desde el día que llegué.

 

P: Del 0 al 10. Puntúa el esfuerzo que te ha costado aprender el idioma.

R: 6

 

P: ¿Cuánto tiempo piensas en quedarte allí?.

R: Como dije antes, no me planteo volver. Me encuentro bien en esta ciudad y si en algún momento decido irme no creo que sea a España, al menos mientras la situación económica y política siga como está.

 

P: ¿Crees que las redes sociales son realmente útiles para seguir el contacto con tus familiares y amistades?

R: Son fundamentales especialmente para no perder el contacto con tu entorno de amistades, ya que de otra forma solo mantendría contacto con familia directa o algún amigo muy cercano.

 

P: Si saliéramos de la crisis, ¿volverías a Madrid?

R: Me gustaría volver a Madrid definitivamente y tengo esa esperanza, y solo lo haría si tuviera expectativas de tener un trabajo digno. Pero hay más motivos que me hacen no querer volver a Madrid de momento. Volvería, pero a largo plazo.

 

 

Opinión

 

Personas sin estudios

 

La emigración es un fenómeno de movimiento de personas desde su ciudad natal al exterior. Cuando una persona abandona la ciudad de origen puede tener varias casuísticas entre ellas la de conocer otros lugares con el fin de ver otros horizontes, sumergirse en otras comunidades, aprender a comprender, y expresarse en diferentes idiomas.  Otros casos son las personas que emigran porque creen haber agotado las vías de existencia al lugar donde nacieron, y deciden probar suerte en otro país.

 

Si sabemos que los países del norte de Europa son más ricos que los del sur, la tendencia es acudir a aquellos sitios donde existe posibilidad de trabajo. Hay varios casos de jóvenes madrileños que han comenzado a estudiar alemán cuando ni siquiera querían aprenden inglés en el instituto porque piensan que las posibilidades a su alrededor son mínimas y que en Alemania les depara un futuro mejor, quien sabe.

Lo cierto es que cuando un niño/a nace en la periferia donde el índice de paro es muy alto, es absolutamente necesario aumentar la motivación hacia el estudio. Si un joven se pasa el día en el sofá, con lo poco que tiene se lo gasta en bollería industrial o en droga (marihuana, jachis) los más probable será que caiga en una depresión, disminuya su rendimiento de estudio,  tendrá baja tolerancia a la frustración,  y se irá excluyendo progresivamente del resto de su grupo de iguales hasta caer en un pozo casi sin salida, en el que lee un titular que dice:  “Alemania os depara a los españoles un futuro mejor” se le abren los ojos y activa su respuesta de huida y si ahorra un dinero se va a la aventura.

 

¿Qué es lo que ocurre? Que no ha sopesado todas las vías, no ha reflexionado. Viajar como disfrute se encuentra en una posición alta de la pirámide de Maslow, pero viajar por necesidad puede ser un gran error, porque en el nuevo lugar ha de encontrar donde alojarse, propiciarse la comida, conocer el transporte, crear una nueva red social, encontrar ese trabajo anhelado, más el aprendizaje del nuevo idioma, y si esto lo hace una persona que no ha estudiado aquí donde ha nacido, pues el pronóstico de que vaya a encontrar mejores condiciones en el extranjero es bastante malo.

 

Entonces ¿qué alternativa hay aquí para estos casos? La posibilidad de estudiar en módulos profesionales, los oficios seguirán teniendo futuro en nuestra sociedad. Que acuda a lugares de ocio y tiempo libre para personas sin formación. Que vaya a los centros juveniles de su distrito,  que se agrupen en asociación para aunar ideas, energía colectiva y recursos. Acudir a bancos de tiempo, en el que una persona da su valioso tiempo  a otra a cambio de que otra persona del colectivo de su servicio a ésta, así se estarán cubriendo necesidades sin dinero.

 

En todo caso, han de tener claro que el cambiarse de ciudad sólo es una experiencia de garantía con éxito en aquellos casos de personas con instinto de supervivencia desarrollado, y si estas personas pueden sobrevivir aquí, ¿para qué irse?

 

¿La emigración es una experiencia vital? No para todos y todas ni en cualquier momento, hay que entender cada caso de una forma individualizada.

 

Elena Blanco