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Muchos de nosotros hemos sido testigos de cómo  personas de nuestro entorno se han visto obligadas a trasladarse a distintas zonas geográficas para poder trabajar. A este movimiento de trabajadores se le conoce como migración laboral, y es uno de los elementos más destacados de los mercados del trabajo.

 

La razón de esta movilidad está en que la gente, y más específicamente los trabajadores, buscan una mejora de su situación económica, por lo que están interesados en encontrar un  trabajo que le reporte mayores ingresos de dinero.

 

En este proceso de búsqueda, muchos son los trabajadores que deciden trasladarse a otras ciudades o países en busca de un futuro mejor. Es decir, muchos deciden emigrar para lograr sus objetivos.

 

¿Qué es la migración laboral?

 

Según el diccionario de términos claves, la migración laboral  es tipo de migración que supone el desplazamiento territorial de personas por motivos relacionados con el empleo y la búsqueda de trabajo. La migración laboral puede ser resultado del deseo de cambiar de oficio o de la búsqueda de un nuevo entorno en el que vivir, con diferentes características socio-culturales, climáticas etc.

 

Dentro de la migración laboral, se distinguen la interna, dentro del mismo país, y la internacional, que supone el cruce de la frontera estatal.

 

Millones de personas en todo el mundo se han mudado de su país de origen para realizar todo tipo de trabajos, que van desde la cosecha en campos de cultivo hasta profesiones que requieren una alta cualificación como puede ser la programación de computadoras. Si todas aquellas personas que han abandonado su país vivieran juntas en un mismo territorio, formarían el quinto país más poblado de la tierra

 

Durante las próximas décadas se espera un aumento acelerado en el número de personas que migran y cruzan las fronteras de sus países en busca de empleo y seguridad laboral. Esto es debido a que en muchos países  no han logrado producir suficientes oportunidades laborales y económicas para toda su población.

 

La OIT considera que el mundo se enfrenta al desafío de lograr establecer las políticas y los recursos necesarios para gestionar mejor la migración de trabajadores, para asegurar el bienestar de estas personas y para que, tanto la sociedad de origen como la receptora,  se beneficien de este proceso.

 

Migración laboral

Para las personas que se han trasladado a España por el bajo nivel de vida en Ucrania, ganar un sueldo mayor es un factor muy importante. A los ciudadanos ucranianos también les atraen las condiciones favorables que ofrece nuestro país, ya que España se permite renovar el visado de trabajo antes de la expiración del contrato de trabajo. Según el Migration Policy Group, España es reconocido como el mejor país para los migrantes laborales ucranianos ya que el 70-75 % de los ciudadanos que eligen este país encuentra fácilmente un trabajo.

Ucrania

Recientemente, España se ha convertido en un país muy atractivo para los trabajadores inmigrantes procedentes de Ucrania. Según cifras oficiales, alrededor de 89.000 ucranianos han llegado a España en 2007 en búsqueda de trabajo. Según informaciones no oficiales, el número ascendería a más de 100.000.

 

Casi el 40% de los ucranianos de entre 30 y 40 años, tienen una educación universitaria, pero la mayoría de ellos trabajan en el sector servicios o cuentan con un empleo doméstico. Es sorprendente que casi el 75 % de los ciudadanos ucranianos trabajan en España legalmente.

 

El trabajo que realizan los ciudadanos ucranianos que deciden emigrar a España, muchas veces muy por debajo de su nivel de estudios, prácticamente no difiere de la labor que llevan a cabo en otros países. Sin embargo, la migración está creciendo a ese país debido a que los sueldos en Ucrania son mucho más bajos que los españoles.

Cristina Klymyshyn se mudó hace 2 años a España. Ella nació en Ucrania, en una pequeña ciudad cerca de Kiev, donde finalizó su formación. Decidió trasladarse a España por su madre, que mientras Cristina acababa sus estudios universitarios, encontró trabajo en este país. Sin embargo, para Cristina no ha habido tanta suerte y encontrar trabajo a día de hoy en España es difícil, tanto por la crisis, como por la cantidad de papeleo que debe realizar.

 

“Estoy buscando trabajo un año y ultimamente insisto mucho para encontrar algo, pero sigo sin trabajo. Fui a 10 empresas de trabajo temporal y me apuntó solamente a 6. Hay empresas que solo recojen el CV, y otras empresas quieren que deje mis datos personales en sus bases de datos. No he conseguido todavía mi diploma, llevo más que un año esperando para que me la convaliden. Yo tengo sueño: encontrar trabajo como economista, porque soy economista de profesión, o algo en esta dirección”.

Cristina sigue luchando por su futuro, porque quiere quedarse en España, el país, en donde tiene la ilusión y la esperanza de construir su vida.

Quiero ser doctor

A pesar de la grave situación que atraviesa la economía en nuestro país, la mayor parte de los inmigrantes que  viven en España son felices y están satisfechos con sus vidas. Sin embargo, la vida de los inmigrantes que viven en España, como sucede en cualquier otro país, no está exenta de dificultades ya que, en muchas ocasiones, para los visitantes no es fácil encontrar su lugar.

 

Yulia Stark y David Pierre Louis  son de diferentes ciudades y países. Julia nació en Rusia y David es de los Estados Unidos, aunque ha pasado mucho tiempo en la República Domunicana. Ellos están en España por la misma razón: quieren trabajar.

 

Ambos son médicos, con un diploma que, aunque obtuvieron en sus países de origen, están homologados en España. Para poder acceder al mercado laboral, ambos deben hacer el examen del MIR, en donde no importa tu país de origen, si no tus conocimientos, lo que atrae a muchos extranjeros que quieren trabajar en España como doctores. Una vez aprobado el examen con resultado adecuado, sin importar de qué Universidad se procede, a cada persona se le asigna un hospital y pueden comenzar a trabajar. David comenta su elección así:

“¿Por qué España? Yo podría seguir en los EE.UU., donde pagan mucho más, o en Canadá. Pero elegí España, porque nos hablaron muy bien el examen MIR y me gusto muchísimo la identidad del examen. En Canadá o EE.UU. son varios exámenes, cada uno con un precio diferente, y la preparación cuesta mucho más. Aquí para inscribirme pagué 39 euros, lo cual es una ventaja. Sin embargo, vivir aquí me resulta caro porque  no tengo familia que me ayude aunque el precio de los exámenes compensa. Creo que solo desde el  punto de vista financiero es más interesante aquí.  Además España es miembro de una Unión Europea, por lo que dentro de unos años, cuando me haya especializado, se me abrirán muchas puertas en el resto de países. Este trabajo es parte de mi formación. Mi sueño es ser cardiólogo y tengo ya 30 años.  Tengo que trabajar”. 

Julia por su parte piensa que hay más oportunidades para los doctores en España que en Rusia, aunque todo depende del esfuerzo que cada persona ponga:

 

“Me gustaría quedarme en España. Me gusta el país, el  idioma, cultura y decidí trasladarme aquí para buscarme un poco la vida.  Como tenía mi profesión, que aquí se valora mucho, decidí a ir por este camino. En medicina en concreto yo diría que hay más médicos extranjeros casi que españoles, sobretodo sudamericanos. Yo creo  que aquí no depende tanto de si eres extranjero o si eres español si no de como te llevas con la gente, que persona eres, como trabajas. Eso es lo más importante”.

Rusia

 

La historia de Julia, una de las numerosas personas de nacionalidad rusa que viven en España, comenzó en el año 2007. Julia tiene aqui una hija y está segura de que va a ser bilingüe:

 

“Si yo me quedo aquí, ella se quedará conmigo. Cuando sea mayor, si le apetece irse a otro país, no se lo voy a impedir para nada. Voy a apoyarla en todo, como a mí me apoyan mis padres”.

Pero además de búsqueda de trabajo, muchos ciudadanos rusos, debido a la nueva ley sobre compra de viviendas y aperturas de negocio, han decidido trasladarse a España en busca de un futuro mejor. La comunidad rusa es, junto a la china, una de las más numerosas en España.

 

Con esta ley, los rusos o ciudadanos de cualquier otro país pueden tener la residencia española por comprar una vivienda de un precio mínimo 500.000 euros o por abrir un negocio. El proyecto de ley está diseñado, sobre todo, para personas con altos ingresos.

 

Pero muchos siguen preguntándose porque España es tan popular entre la población rusa. La respuesta es fácil: ellos disfrutan aquí. Y realmente hay muchas cosas que hacer para los rusos en toda la península ibérica.

¿Qué hace la población rusa en España?

 

Para que la población rusa se sienta “como en casa”, en España cada vez son más los establecimientos rusos que facilitan el acceso de la población a sus productos autóctonos y les permiten, a la vez, contactar con personas con su misma lengua nativa.

 

En el año 2000, en Madrid, se abrió la tienda “Kalinka”, el primer punto de venta de productos rusos en España. Hoy en día, trece años después, el número de tiendas supera los cien.  

 

En Lloret de Mar, por ejemplo, es posible participar en el  Concurso Anual de Karaoke que se lleva a cabo en el marco del festival " Noche de Navidad" el 6 y 7 de enero.

En Sevilla,  la Asociación Rusa organiza  para celebrar cada año nuevo, un  programa de vacaciones que incluye un espectáculo con un Papá Noel ruso, Baba Yaga y otros personajes populares de la tradición. Estas celebraciones rusas también se llevan a cabo en otras ciudades como Valencia, Tarragona, Madrid y Torremolinos

 

En junio de 2012, en Marbella se puso en marcha una nueva emisora de radio dirigida a la audiencia rusa, gracias a la cual, los turistas y expatriados rusos pueden escuchar canciones rusas como noticias marbellíes traducidas a su idioma.

Debido a que el flujo de inmigrantes procedentes de Rusia es cada vez mayor, en España se están empezando a crear escuelas en las que los niños pueden seguir practicando su lengua materna.  En la embajada rusa en Madrid opera una de estas escuelas rusas, en la que muchos son los que aprenden el idioma, pero también se mantienen en contacto con la cultura de su país. Su objetivo no es sólo aprender el idioma, sino que también unirse a la cultura rusa. Estos colegios cumplen los requisitos del Ministerio de Educación de la Federación Rusa y a ellos acuden, sobre todo, los hijos de los diplomáticos rusos, ucranianos y kazajos que se encuentran en España.

 

Estas nuevas escuelas rusas han creado una necesidad de profesores bilingües, que sepan hablar español y ruso, lo que también ha supuesto la apertura de un nuevo mercado de trabajo.

Francia

 

España no ha dejado de ser un país acogida de inmigrantes a lo largo de su historia. Durante la época de los Austrias en España vivían personas procedentes de Alemania, Italia, Holanda o Portugal entre otros, aunque los más numerosos eran los ciudadanos de origen francés.

En la actualidad, casi la mitad de los inmigrantes internacionales en España son mujeres (el 48 %) y de estos,  la mayoría (el 74 %) están en edad de trabajar (de 20 a 64 años).

 

Una de estas mujeres, Ann Krust,  vino a visitar Madrid desde Francia hace 5 años, se enamoró de la ciudad y decidió quedarse a vivir allí.  Su historia es muy divertida y ella realmente disfruta de su trabajo y de su vida en la capital de España. Sin embargo, tiene el deseo de cambiar el destino de su vida. Pero ella es de las que tienen deseo de cambiar el destino de su vida.

 

“Fue una decisión a lo loco. Había hecho muchas cosas en Francia: era bailarina, después hice teatro y  paré todo porque  necesitaba un cambio. Me enamoré en Madrid y decidí volver a Francia para hacer las maletas y trasladarme. No tenía ni trabajo ni nada, no sabía casi español, así que me fui a  dos tablaos a preguntar por un trabajo de camarera y los dos aceptaron. Al final decidí trabajar en el tablao donde aún estoy trabajando,“Las Carboneras”, donde soy muy felíz ya que también me permite bailar”.

Pero Ann, con todo bueno que le ha dado Madrid, quiere volver a mudarse. Ella no ha elegido ya su destino futuro, pero sabe que no volverá a Francia. Ella  tiene su lema y su consejo para los que, como ella, se trasladan aqui:

 

“Que no tengan miedo de trabajar. Se vive muy bien aquí, no explotan a la gente pero de verdad los sueldos son muy bajos. Hay que ser consciente de lo que hay, pero también de que la gente es feliz”

Todas las personas que han participado en este reportaje son felices. Tienen dificultades, algunos problemas, echan de menos a sus familias y su país, pero cada uno de ellos disfruta del trabajo que han podido conseguir gracias a España. Nunca se sabe que nos deparará el futuro, pero como todos nuestros protagonistas, cualquiera de nosotros puede ser el próximo que coja su maleta y se marche a otro país en busca de un futuro mejor. Sobre la emigración no hay libros, sólo experiencias.

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